La otra historia de la Colonia Finlandesa

Publicado en El Territorio de Misiones (abril de 2006)

Durante la última semana se desarrollaron diversas actividades y eventos conmemorativos al centenario de la primera inmigración finlandesa a la Argentina en la ciudad de Oberá.

En ese marco, el periodista y escritor Enrique Tessieri, un argentino que desde hace varias décadas reside en Finlandia, quiso contar su versión de esa historia. Lo que sigue es un extracto del prólogo del libro “Lejana tierra mía”, adaptado por el autor para El Territorio en exclusiva.

“En 1906 un grupo de alrededor de 110 personas llegaron de Finlandia a la región de Bonpland y San Martín, Misiones, para fundar la más grande colonia finlandesa de América Latina. Si los pioneros que se establecieron a principios del siglo pasado hubiesen podido husmear el futuro, sólo hubiesen visto abandono y desolación”.

“Conquistar la región a principios del siglo pasado no fue cosa fácil. Muchos de los primeros que se establecieron allí se vieron forzados a abandonar el lugar por las difíciles condiciones que brindaba esta zona selvática. Luego de la segunda guerra, sólo un puñado de finlandeses migraron hacia Misiones. La primera generación de viejos colonos y muchos de sus hijos abandonaron la colonia y fueron a vivir a las ciudades. Aislamiento, alcoholismo y pobreza sellaron el destino de muchos de los habitantes que optaron quedarse”.

Carta al fundador

“Si pudiera escribirle una carta al fundador de la Colonia Finlandesa, Arthur Thesleff (1871-1920), esto es lo que le contaría: Cuando visité la Colonia Finlandesa por primera vez, en noviembre de 1977, no tuve la oportunidad de ver con mis propios ojos la vibrante hermosura de la selva virgen paranaense que vos viste al comienzo del siglo pasado. Te habrán impresionado esos árboles enormes que se extienden más de 30 metros como el lapacho, anchico colorado y otros menos ambiciosos, como la palmera”.

Según algunas fuentes, la selva paranaense que cubría casi toda la provincia a comienzos del siglo pasado, se ha reducido en un 60 por ciento. El paraíso que encontraste en la Colonia Finlandesa era sólo un Edén fugaz que se convirtió en una muerte lenta y dolorosa para los colonos. Era como un lazo que se tensaba paulatinamente en el cuello”.

“Todo colono que vivía en la Colonia Finlandesa estaba condenado a la pobreza. La tierra de esa región es pobre y pedregosa. Uno tenía que talar el bosque y quemarlo constantemente para sembrar y obtener nuevas cosechas. Los colonos se descapitalizaron y empobrecieron cada vez que desmontaron el bosque”.

Viajando en el tiempo

“Desde mi primera visita a la Colonia Finlandesa hace unos veinte años, he notado cambios dramáticos en el paisaje humano de colonia. Se parece un poco a la historia de la civilización, en pocas palabras: emergieron y cayeron de la gracia”.

“Cuando mueren, dichos lugares son pronto habitados por fantasmas que se comunican con uno por leyendas. Mientras los años pasaban, la muerte siempre fue más rápida y categórica que yo”.

“Hedvig Niskanen, Svea Guumberg, Grtea Holmberg, Armas Heikkilä, Fanni Granlund, Artturi Heino fueron algunos pocos viejos colonos que conocí en Colonia Finlandesa en 1977-78. Siete años después, en 1984, sólo Artturi Heino y Greta Holmberg seguían vivos. Pocos años después los dos colonos fueron llamados también por la muerte”.

“Cada vez que visitaba o hacía una investigación en Colonia Finlandesa, me sentía como un funebrero principiante. Cuántas veces he tenido que aceptar la derrota de las manos de mi vieja enemiga. Cada finlandés que la muerte llamó, cuentos de luchas y sueños se perdieron para siempre”.

Ultimo viaje

“Durante mi última visita a Colonia Finlandesa, en 1998, descubrí que siempre hay algún secreto más que me deja como regalo. Parte de este secreto lo descubrí en las mariposas que descansaban en los charcos de la fresca agua de lluvia de la picada que me guiaba hacia las profundidades de esta colonia”.

“Aunque la absoluta belleza de las mariposas contra los matorrales y la exuberancia ondulante del paisaje eran un deleite para mis ojos, la realidad de la pobreza crónica que siempre encuentro allí me levantó abruptamente de mi ensueño. Es esa extraña mezcla de hermosa naturaleza y pobreza tan desconcertante y engañosa, la misma que debe haber tentado a muchos finlandeses para hacer su hogar en esa parte del mundo”.

“Gracias a los actos conmemorativos por el centenario de la fundación de la Colonia Finlandesa en Misiones y Buenos Aires, se puede mostrar al mundo que los sacrificios de los colonos finlandeses no pasaron desapercibidos”.

El dato
1998

Fue el año en que Enrique Tessieri visitó por última vez Colonia Finlandesa. En ese tiempo, el escritor vio en el lugar una cruda pobreza que lo llevó a describir otra realidad, paralela a la exuberancia y belleza de la naturaleza autóctona de la zona, en la que se establecieron los inmigrantes.